martes, 11 de febrero de 2014

La alarma social como cultura.

Responder a la pregunta ¿qué es cultura? puede resultar sencillo. Sin embargo, como mostraré en posteriores entradas, la cultura es un concepto con muchas visiones diferentes. Cuando lanzamos esta pregunta las respuestas pueden ser muy variadas: "la danza es cultura", "la música es cultura", "quien soy es cultura", "leer es cultura"...

Taylor (1871), dentro del concepto antropológico o diferencial de la cultura, define a la misma como "aquella totalidad compleja que incluye conocimientos, creencias, arte, moral, derecho, costumbres y todas las demás capacidades y hábitos que el hombre adquiere como miembro de la sociedad".

Me gustaría profundizar sobre un hábito adquirido por todos: la alarma social. Cuando un acontecimiento, generalmente negativo, es conocido por una, dos, o mil personas que estaban ausentes en el mismo, se crea alarma social. Porque esas personas utilizan su racionalidad como seres humanos para opinar, juzgar y empatizar con las personas de tal acto. 

Probablemente, los actos que más alarma social crean son aquellos donde un individuo daña la integridad física y/o moral de otro individuo. Por todos son conocidos grandes tragedias de secuestros, asesinatos y violaciones, a las cuales no voy a hacer referencia ni a poner ejemplos de dichos actos por respeto hacia quien provocó dicha alarma y a las víctimas.

Sin embargo, contradiciéndome a mí misma por lo que acabo de decir, quiero hacer referencia a un caso que causó, ha causado, está causando y seguirá causando alarma social. 

El pasado domingo por la noche, "Salvados"
emitió un nuevo programa: '¿Qué pasa después de la cárcel?' Si no lo visteis os lo recomiendo, muy interesante, con testimonios que dicen 'verdades como puños'. En este programa Jordi Évole, junto a su equipo se cuestionaba qué ocurría con los agresores sexuales tras pasar un  determinado periodo de tiempo en prisión. 

Había visto varias veces las imágenes que tenéis a continuación, pero fue ese día, tras haber tenido que reflexionar sobre qué es para mí la cultura, cuando me di cuenta de que si cultura es aquello que somos como sociedad, aquellos actos que realizamos conjuntamente, los medios de comunicación nos 'culturizan' -si es cierto dicho término- y generalmente de manera completamente negativa. Antes de continuar os invito a ver las imágenes:


No voy a hacer referencia a los actos que cometió, si así lo señaló un juez, esta persona. Pero sí me gustaría dar mi opinión respecto a tal alarma social. Soy mujer, estoy completamente en contra de tales actos, ratifico la igualdad del hombre y la mujer en relación a sus derechos - por mucho que nos empeñemos, no vamos a ser iguales, somos diferentes y me alegro por ello, pero merecemos el mismo trato-. Sin embargo, el comienzo de estas imágenes me hace sentir vergüenza de la sociedad en la que vivo.

Por motivos profesionales y personales, me he encontrado con muchas personas que han causado alarma social. Me gustaría recalcar: "con personas". Sí, siguen siendo personas. A pesar de lo que hayan hecho, de el daño que hayan ocasionado, siguen siendo personas. No puedo entender, por qué tal ensañamiento. ¿Por qué, como afirma Gloria Serra, "dejamos nuestra emotividad de lado" frente a tales individuos?


No pretendo alargarme, sólo quiero que, si hay alguien al otro lado del ordenador, te pares un momento a pensar: ¿Cómo te sentirías si fueras la familia de alguna de las víctimas? ¿Te gustaría tener que revivir semejante sufrimiento? ¿Es necesario recordar cada día ese dolor tan fuerte? O bien, imagina que eres el padre, la madre, el hermano o el primo de la persona que sale en estas imágenes: ¿Por qué tienes que ver cómo atacan de tal manera a un ser querido tuyo? Y por último: ¿Cómo te sentirías cuando, después de ocasionar semejante alarma social y llevar eso sobre tu conciencia, fueras tratado como un 'apestado social'?

Te invito a que te respondas a estas preguntas. A mí me gusta pensar que todo depende del concepto de perdón que tengamos las personas. Y por favor, que nadie malinterprete que yo esté justificando ni premiando tal acontecimiento. 

Os dejo la URL del programa del que he hablado, os lo recomiendo: 



¡Volveré! 

Lucía Herraiz


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