"Los hombres que entran en casa no son buenos. Llegan bebidos, entran, gritan y maldicen. Las mujeres me preguntan: '¿Cuándo vas a empezar a trabajar?' Dicen que me voy a hacer mayor. Yo sigo pensando si podría ir a alguna parte a poder estudiar."
Con estas duras palabras comienza el documental "Nacidos en los Burdeles". En él se muestra como una fotógrafa estadounidense acude a un pequeño barrio de Calcuta (India), a realizar un taller de fotografía con niños con una problemática concreta: La gran mayoría de sus madres son prostitutas, hay quien ni si quiera ha conocido a su madre, comparándolo con nuestra realidad, resulta a los ojos humanos un mundo espantoso y horrible.
Los niños cuentan asombrados la primera vez que vieron una cámara de fotos. Pero sus palabras expresan más intensidad y emoción al describir el por qué de esas fotografías:
"Fotografío para enseñar cómo viven las personas aquí. Aquí las personas viven en el caos. Nadie vive en tanta inmundicia como en nuestro país. Donde haya platos sucios, al lado encontrarán zapatos. Por eso me gusta la fotografía, quiero mostrar con ella el comportamiento del hombre en mi sociedad."
Esta experiencia permite a los niños encontrar un aliciente para distraerse de su realidad, para conocerse a sí mismos y al mundo que les rodea. El fin de la fotógrafa es que estudien, y consigue que a varios les acepten en un internado. Sin embargo, esta práctica tiene un fin enfocado más hacia la técnica de la fotografía que hacia lo educativo. Ya que se busca las mejores fotos, y no las que más expresen, las que más signifiquen para los niños.
El documental se puede ver aquí:
Supongo que a cualquiera que lo vea, como a mí, se le encogerá el corazón. La cruel realidad que se muestra en el documental puede resultar, a ojos de alguien con la 'vida perfecta', un shock bastante fuerte. Hasta que no te lo cuentan, o lo ves con tus propios ojos, no sabes en qué circunstancias se encuentran seres humanos en un rincón perdido del mundo.
Resulta vergonzoso saber que el ser humano sigue permitiendo semejantes realidades. Aunque ha decir verdad, es una realidad que lamentablemente también se ve en nuestro país. Lo que ocurre es que, como muchas otras realidades desfavorables, no se muestran en los medios de comunicación. Porque no interesa que se conozcan y a su vez, son circunstancias, realidades, barrios y PERSONAS que son rechazadas por gran parte de la sociedad.
¿Qué se puede hacer desde nuestra profesión?
¿Qué podemos hacer conjuntamente con el resto de profesionales de la educación y de lo social?
Puede venirnos a la cabeza que no podemos hacer nada, y es normal que pensemos así: tal y cómo está el mundo, por mucha acción que hagamos, todo va a seguir igual. Pero eso no es verdad. Es cierto que la realidad no se puede cambiar de la noche a la mañana y que si seguimos así, la realidad social actual continúe y empeore con los años.
Sin embargo, en nuestras manos está cambiar la realidad que tenemos cerca, a nivel personal y profesional. Defender los derechos humanos de todas las personas que nos rodean, y las que no. Somos - o más bien seremos- Educadores Sociales, y nuestra misión es Educar. Educar en valores positivos y cooperativos.
Nuestra misión, como dijo un profesional de Quart Jove es ENAMORAR.
Enamorar al mundo para que luche, para que coopere, para que ayude a que todas las personas sean libres e iguales en dignidad y derechos. (Artículo 1 Declaración Universal de Derechos Humanos)
¿Utopía? Quizás sí. Pero si no vivimos proyectando utopías estamos colaborando a que el mundo sea cada día un poquito peor que el anterior.
¡Buenas tardes!
¿Qué podemos hacer como educadores sociales?
¿Qué se puede hacer desde nuestra profesión?
¿Qué podemos hacer conjuntamente con el resto de profesionales de la educación y de lo social?
Puede venirnos a la cabeza que no podemos hacer nada, y es normal que pensemos así: tal y cómo está el mundo, por mucha acción que hagamos, todo va a seguir igual. Pero eso no es verdad. Es cierto que la realidad no se puede cambiar de la noche a la mañana y que si seguimos así, la realidad social actual continúe y empeore con los años.
Sin embargo, en nuestras manos está cambiar la realidad que tenemos cerca, a nivel personal y profesional. Defender los derechos humanos de todas las personas que nos rodean, y las que no. Somos - o más bien seremos- Educadores Sociales, y nuestra misión es Educar. Educar en valores positivos y cooperativos.
Nuestra misión, como dijo un profesional de Quart Jove es ENAMORAR.
Enamorar al mundo para que luche, para que coopere, para que ayude a que todas las personas sean libres e iguales en dignidad y derechos. (Artículo 1 Declaración Universal de Derechos Humanos)
¿Utopía? Quizás sí. Pero si no vivimos proyectando utopías estamos colaborando a que el mundo sea cada día un poquito peor que el anterior.
¡Buenas tardes!
Lucía Herraiz
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