¡La Educación Social puede cambiar el mundo!

¡Bienvenidos!

               

El ser humano tiene como especial peculiaridad ir en contra de las leyes de la naturaleza, buscar únicamente la propia satisfacción, sin importar el coste o las consecuencias de tal acto. Llevamos pues, demasiado tiempo, transformando el mundo a nuestro antojo e ignorando el deterioro del mismo. El siguiente vídeo nos muestra, de una manera cómica y gráfica, qué estamos haciendo con nuestro mundo:

                Nuestra intención como educadores sociales es intentar transformar a las personas con las que trabajemos -por eso el título de este blog- y a nosotros mismos, para hacer de este mundo, un mundo mejor. Un mundo ‘vivible’, como diría un conocido nuestro, y digno, donde poder convivir con todos los seres humanos sin menospreciar a nadie por diferencia de sexo, etnia o creencias.

¿Cómo transformar la sociedad?

             

  La Educación Social nos permite llegar más allá de los conocimientos teóricos y científicos que nos enseña la escuela. Los educadores sociales tenemos que trabajar conjuntamente con los demás profesionales para transformar el mundo. Ya que, por supuesto, es necesario saber quién fue Platón, o dónde se encuentra geográficamente la República Democrática del Congo, pero en primer lugar, debemos aprender a ser personas. ¡SER PERSONAS! Y eso es casi imposible de conseguir sin la educación, sin la Educación Social. ¡CREEMOS PERSONAS! ¡CREEMOS SERES HUMANOS EXCEPCIONALES! ¡LAS UTOPÍAS SON POSIBLES!

       Hobbes afirmaba:

            “El hombre es un lobo para el hombre”

         Intentemos cambiar esta creencia general, luchemos por un mundo mejor. Y no olvidemos nunca:

            ¡LA EDUCACIÓN SOCIAL PUEDE CAMBIAR EL MUNDO! 

       Pero antes de nada debemos mirarnos frente al espejo: ¿Realmente estamos capacitados para ser Educadores Sociales? ¿Somos coherentes con lo que pensamos? ¿Sabemos separar lo profesional de lo personal? ¿Tenemos capacidad de no juzgar? ¿Aceptamos al otro por ser diferente? Empecemos por nosotros mismos. 

       Te invitamos a que te analices y te observes. Nada está mal hecho, pero todo se puede mejorar. Para cambiar el mundo debemos empezar por cambiar nosotros mismos. 

¡Hasta la próxima!

Aida, Brenda y Lucía.