Hoy os voy a hablar de un nuevo modo de intervención socioeducativa que gracias a la asignatura Programas de Acción Sociocultural y Educativa hemos tenido la suerte de abordar esta semana. Os hablo del teatro.
Muchas veces cometemos el error de simplificar las cosas, de no reflexionar sobre ellas, de no ir más allá. Y es en ese mismo momento en el que cerramos la puerta a ver su verdadero significado, su verdadera esencia.
Eso es lo que me pasaba a mi con el teatro y lo que sigue pasándole a mucha gente en la actualidad. Es por ello que veo esencial transmitiros lo que yo ahora sé de esta herramienta, para que vosotros también paséis a conocer su utilidad.
El teatro puede ser mucho más que un escenario, unas butacas y unos actores que nos entretendrán durante un tiempo, pero todo quedará ahí. Puede ser una herramienta educativa, de transformación personal y colectiva,un proceso de cooperación y participación.
Puede ser denominado de distintos modos (teatro social, teatro para el desarrollo, teatro comunitario...). Sin embargo, todas esas distintas perspectivas del teatro coinciden en hablar del teatro como herramienta educativa, transformadora y participativa.
Teatro aplicado
Se trata de una modalidad que rompe con la típica concepción de teatro y ubica al colectivo con el que éste se aplica como protagonista del mismo. En éste, el educador es un mero facilitador y la obra es resultado exclusivo de la cooperación grupal, pues ellos la crean y representan. Lo realmente importante no es el resultado, sino el proceso, pues en este se está dando un crecimiento individual y colectivo de sus participantes.
Animación teatral
De la mano de Xavier Úcar Martínez, os voy a hablar del enfoque que la animación teatral da al teatro.
Ésta representa situaciones humanas, de drama. Las personas, sus interacciones y problemáticas son su tema principal. A partir de abordar estas últimas, pretende fomentar el descubrimiento y crecimiento personal de sus destinatarios.
Habla del teatro como herramienta que...
-Fomenta la autonomía, autoconfianza y confianza en los otros.
-Desarrolla las habilidades expresivas y comunicativas.
-Supone un punto de encuentro para cualquier persona independientemente de condiciones de sexo, género, edad, o de cualquier otro tipo.
-Divierte a la vez que educa.
-Integra múltiples elementos tales como palabras, gestos, sonidos, imágenes...
-Capacita para ponerse en la piel de un personaje concreto y hacer propios su modo de ver la vida y actuar.
-Te hace flexible, capaz de adaptarte a situaciones nuevas y creativo.
En suma, lo que yo destacaría de esta perspectiva es que ve el teatro como ACCIÓN.
Teatro del oprimido
Boal nos habla de esta vertiente del teatro, y haciendo uso, aunque no literal, de muchas sus palabras, os hablaré de esta iniciativa.
Boal habla de la tendencia humana a responder ante los estímulos de un modo mecánico, ante lo que plantea la necesidad de que éste sepa manifestar libremente sus emociones mediante su cuerpo y de no estar atado a mecanicismos. Eso es lo que precisamente pretende fomentar el teatro del oprimido: la desmecanización física e intelectual de sus participantes.
Esto es algo que consigue mediante el planteamiento de problemas sociales e interpersonales que deben ser comprendidos e intentar buscar soluciones a los mismos.
El teatro del oprimido plantea, por un lado, un trabajo a nivel individual, "hacia el interior" de uno mismo, en un intento de autoconocerse. Por otro lado, también realiza un trabajo hacia el exterior, pues la relación y cooperación entre sus participantes es imprescindible.
Un aspecto fundamental que este tipo de teatro fomenta y que no quiero irme sin comentar es el desarrollo de la empatía. Participar en un teatro del oprimido nos puede llevar, en muchas ocasiones, a ver el mundo a través de los ojos de los demás, de sus vivencias y experiencias.
Por último, aquí os dejo algunas de las distintas modalidades que, a su vez, esta iniciativa integra:
¡Hasta otra!
Brenda Sáez Serrano