miércoles, 2 de abril de 2014

Patrimonio cultural y educación.

¿Qué hay de nuevo?

Hoy os voy a hablar del patrimonio cultural pero desde un enfoque educativo no formal, es decir, aplicado a nuestro ámbito de intervención mayoritario.


En clases pasadas hemos podido comprobar como algo como el acercamiento de la población a algo tan suyo como es el patrimonio cultural es algo realmente enriquecedor, tanto para el profesional como para el destinatario,  y muy compatible con la figura del Educador Social. De este modo, a continuación veremos algunas de las actividades educativas o de animación que podrían realizarse en este sentido. 


Pero ¿sólo se interviene con el patrimonio desde un enfoque educativo? Lo cierto es que no. Por ello, de un modo previo a lo planteado anteriormente convendría abordar esta cuestión.

Líneas de actuación con respecto al patrimonio cultural.

Existe una serie de líneas de actuación que se dan de un modo u otro y en mayor o menor medida con los distintos tipos de patrimonio cultural (con bienes inmuebles, con museos, con fiestas, con artesanías...). Son las siguientes:
-Recuperación, restauración y conservación.
-Activación: dotar de valor a un bien cultural que hasta el momento no ha sido valorado ni considerado parte del patrimonio cultural o que había perdido dicho valor. De este modo, se realizan actividades que enseñen a visualizar ese valor.
-Dar a conocer, difundir el patrimonio cultural.
-Reelaboración: cambiar los valores que transmite un patrimonio cultural, incluso modificando si fuera necesario aspectos propios del mismo.
-Creación: A partir de aspectos propios de una cultura se crean nuevas prácticas culturales.


Antes de pasar a hablar de la intervención educativa me parece curioso comentar algo que ha sucedido durante mucho tiempo en torno a la transmisión del patrimonio cultural y que sigue sucediendo. 

Al igual que existen unas prácticas culturales compartidas por la población de un país, existen prácticas culturales propias de cada localidad, algo que las hace diferentes entre sí y únicas a su vez. Sin embargo, existen prácticas culturales propias de poblaciones concretas que son asumidas por otras como propias, a pesar de no haber en su historia ningún rasgo cultural similar. 

¿Es esto positivo? ¿Enriquece a las culturas? ¿O, por el contrario, incide negativamente en la identidad
cultural de las poblaciones?  No son cuestiones fáciles de responder, pero os animo a reflexionar sobre ellas.

Actividades educativas o de animación

Existen distintas vías para educar a través del patrimonio cultural, entre las cuales se encuentran las visitas guiadas, los talleres y los itinerarios culturales.

Visitas guiadas

Es esencial conseguir que las visitas tengan un carácter atractivo, que hagan al destinatario de las mismas interesante realmente por conocer aquella información que pretendemos transmitirles. De lo que se trata es de realizar actividades como el juego, la teatralización... que nada tienen que ver con una sesión académica. También es importante que la información transmitida sea breve pero significativa.

Talleres

En este caso, se trata de actividades creativas que pretenden acercar a los participantes al patrimonio cultural seleccionado. Existen distintos tipos de talleres dependiendo del tipo de actividades que se realicen en ellos: de expresión, de investigación, que pretendan ubicarnos en el proceso creativo o forma de vida de las personas de otra época...

Itinerarios culturales

No es más ni menos que un recorrido que agrupa distintas visitas culturales y otras actividades. Éste tiene una temática definida, que es tenida en cuenta por todas las actividades realiazadas. De este modo, hay una coherencia en todo el recorrido y la activdad toma un carácter natarrivo, pues hay un principio y un final.


No me iré sin comentar un aspecto esencial en toda actividad educativa que se realice en torno al patrimonio cultural: la organización. De nada sirve haber elaborado una actividad super creativa y fantástica si, a la hora de ponerla en práctica, no somos capaces de hacerla operativa. Por ello, hay que saber organizar los espacios y los tiempos de los que disponemos, así como tener en cuenta, en todo momento, nuestro objetivo y las características de los destinatarios a los que nos dirigimos.




Brenda Sáez Serrano.







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