
¿Qué mejor manera de empezar esta entrada que de la mano de las palabras tan certeras?
Se trata de una definición que nos habla sobre algo que en una entrada anterior ya os comenté: el Teatro del Oprimido. Como ya pudisteis comprobar con la lectura de dicha entrada, profundizar en el teatro como herramienta de intervención de un modo teórico fue algo realmente enriquecedor. Sin embargo, no todo quedó en la teoría, pues durante las dos semanas pasadas se han estado realizando talleres sobre el Teatro del Oprimido, de las cuales, aunque yo no he podido asistir por exceso de número de asistentes, he tenido la suerte de aprender al ser informada gracias a mis compañeros.
¿Qué he aprendido?
Sobre todo, me he reafirmado sobre lo que ya comenté y es la gran potencialidad del teatro como una herramienta de intervención social. La lectura de los blogs de mis compañeros de clase y la realización de una entrevista a uno de ellos lo demuestra:

"Innovación
porque no es común realizar un taller de teatro. Nuevas dinámicas que me han
impactado gratamente. En definitiva, una
herramienta más para trabajar con cualquier
colectivo porque pienso que las dinámicas son totalmente adaptables a cualquier persona y grupo" (Compañero de clase).
Como podemos comprobar, ellos/as destacan aspectos del teatro como la innovación, la fácil adaptación a todo tipo de colectivos, la posibilidad de intervenir de un modo más práctico y dinámico, la capacidad de relajar... aspectos realmente positivos a la vez que necesarios en la práctica socioeducativa.

"Es una pena que no hayamos podido realizar un taller de este tipo hasta tercero de carrera, pues nos habría sido de gran ayuda el poder llevarlo a cabo en el primer curso de la titulación, ya que nos ha ayudado a poder conocernos más unos a otros y nos ha permitido dejar de lado el componente teórico de las clases, que tan pesado se nos hace, para poder trabajar el componente práctico, con el que todos hemos disfrutado y pasado una mañana muy amena, divertida y llena de sonrisas" (Blog: Programas de Acción Sociocultural).
Son palabras que reafirman lo ya dicho, además de destacar nuevos aspectos que fomenta el teatro: conocimiento mutuo y diversión.
Por último, os resumiré en unas líneas en qué han consistido estas sesiones sobre el Teatro del Oprimido.
En primer lugar, se realizaron ejercicios de relajación y de creación de un clima favorable para la posterior realización de actividades teatrales.
En segundo lugar, se realizaron actividades que fomentaban aspectos como la creatividad como el "teatro imagen" o la "cámara fotográfica". Así también, se realizaron actividades de representación de escenas que transmitieran sentimientos agradabables y desagradable
En tercer lugar, se aplicó el Teatro del Oprimido. Esto se realizó a través de una actividad en la cual se debía representar una situación que mostrara opresión. Esto dió pié a realizar una actividad posterior en la cual cada uno expresaba de un modo escenificado los sentimientos que le había suscitado el papel desempeñado en la escinificación posterior: opresor, oprimido o espectador.
Brenda Sáez Serrano.
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